Una subestación del gasoducto que se construye en Bétera será la nueva “puerta de entrada” a Vall de Flors II. En apenas unos metros de sus casas, los incrédulos vecinos estan viendo día a día cómo las inmensas canalizaciones, han modificado el paisaje y el tráfico de vehículos pesados su vida. Pero no sólo eso, ya que han podido averiguar que una construcción de proporciones bastante grandes y que ocupa un campo limítrofe junto al camino Torres Pelosa y la entrada de Vall de flors II, será la subestación de control de ese tramo del supergaseoducto europeo, que a modo de regalo de Reyes inesperado tuvieron los vecinos a pocos días de las elecciones de mayo.
Ningún partido político fue capaz entonces de reaccionar ante la magnitud de aquella obra a pesar que los vecinos pidieron explicaciones a miembros del equipo de gobierno, más preocupados en la campaña electoral que en este tema.
Los representantes de los vecinos han vuelto a transmitir sus dudas y cuestiones a grupos municipales para que comprueben cómo es posible que el ayuntamiento diera licencia y no avisara a los vecinos de la fastuosa obra y de sus consecuencias. También consideran que tras esta obra el nuevo trazado del by pass pudiera ir contiguo al gasoducto y piden información y transparencia al respecto